Cuando en 1806 y en oportunidad de las invasiones inglesas, fue Juan Martín de Pueyrredón, quien investido como Comandante general de todos los voluntarios de caballería ligera, por el Virrey Santiago de Liniers, recluto a los gauchos de la zona norte de Buenos Aires, y los llevo al triunfo en Perdriel el día 1º de agosto, abatiendo con un reducido numero de paisanos, a 672 invasores, quedándose con el carro de municiones que pertenecía a los soldados de Beresford. Esa hazaña criolla, dio origen mucho tiempo después al denominado regimiento de Húsares de Pueyrredón.
Relatan los historiadores que fue el cura de Lujan, Vicente Montes Carballo, quien facilito a los hombres reclutados, los uniformes que llevaban por entonces las cintas celestes y blancas (símbolo de la venerada Virgen) para exaltar su patriotismo e infundirles el espíritu de cuerpo. En dicha ocasión se recuerda como el propio Liniers se trasladó para emprender la reconquista de la plaza publica, hasta nuestra ciudad, alojándose la noche previa al inicio de las acciones militares en la quinta de doña Mariquita Sánchez de Thompson. Importante reseña que justifica el rol de las barrancas de San Isidro, en la reconquista de una ciudad que sería el asiento de la Capital Federal de nuestra República.
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