El ir y venir de camiones, máquinas viales, obreros y todo tipo de elementos vinculados a las obras públicas que por estos días se observan en las distintas zonas del municipio de Tigre son la foto concreta de la situación.
Cortes, demoras, asfalto por doquier, quejas de los vecinos -fundamentalmente aquellos que transitan la Ruta 27-, y todas las molestias que acarrean este tipo de eventos de gran envergadura.
Ante el visible enojo de los vecinos que deben transitar en hora pico con demoras muy importantes el puente que cruza el canal Aliviador, más conocido como Guazú Nambí (arroyo original anterior a la construcción del canal), único paso entre Rincón de Milberg y la zona de Nordelta, Villanueva y Benavídez, que se manifestaron redes sociales y hasta vía whastapp -filtrado a los grupos de chats de barrios cerrados- por la postergación de dicha obra para el verano, “cuando no haya que llevar los chicos al colegio”, el intendente de Tigre, Julio Zamora, explicó a Nuevo Norte las razones de tamaña intervención vial.
“Esta es una obra de impacto que culmina con todos los arreglos del corredor vial que une Tigre, con el túnel de Henry Ford y pavimentos en ruta 9, las obras en la 197 entre los puentes de Pacheco y Talar, el ingreso nuevo por la vieja 197 del puente Taurita hacia la avenida Liniers, estamos culminando la repavimentación desde la rotonda de Liniers hasta el acceso de Camino de los Remeros y nos faltaba este puente”, dijo Zamora.
El alcalde de Tigre se preocupó en desmenuzar el proceso que lleva hacia la ejecución final: “El presupuesto se aprobó en diciembre, hubo una licitación que llevó su tiempo y estamos en medio de una inflación que afecta a las familias y también al municipio, el dinero adjudicado podía rendir mucho menos en enero, por eso decidimos encarar ya mismo la obra”.
Ante la inquietud reinante, el intendente agregó: “El puente estaba en un mal estado, hay un problema concreto con Nordelta, que obtura parte de la circulación al estar entre la rutas 27 y la 197, y también estamos trabajando 24 horas, en tres turnos, para hacer la obra lo más rápido posible”. Desde otras áreas del municipio se preocuparon en aclarar que la obra se realiza “en un año no electoral”, y dejaron de lado cualquier tipo de especulación al respecto.
Al intendente de Tigre le filtraron el teléfono entre los chats de varios barrios y recibió una infinidad de reclamos en su celular. Lejos de esquivar la situación, Zamora abordó la cuestión con la seriedad del caso. “Un vecino muy solidario dio mi teléfono a todos los vecinos de los barrios por lo que estuve un día desde la mañana hasta las doce de la noche contestando todos y cada uno de los mensajes con todas las explicaciones de las obras y su importancia” le contó a Nuevo Norte.
En relación al período elegido para realizar la intervención urbana, se refirió a la planificación de las obras y su ejecución. «Esto no se podía prever para hacer en tal o cual fecha. Es importante destacar que estas obras se hacen a partir de licitaciones y que son procesos engorrosos y no se logran a la noche a la mañana. Es un proceso administrativo del Estado” añadió el alcalde tigrense.
El coro de quejas por las demoras en el devenir de la traza, lo motivó a aclarar que “no es que llamamos a un albañil para hacer una pared. No se resuelve así”.
El crecimiento natural del partido se vio alterado positivamente en la pospandemia por lo que el número de habitantes se incrementó sustancialmente. Eso, sumado al caudal original de vehículos (entre vecinos y turistas), obligó al municipio a reforzar los distintos puentes de todo el partido. Una tarea que no podía demorarse por la importancia de las obras en cuestión.
