Opinión

Si esto fue abril…

Por Eduardo Abella Nazar

Abril fue intenso, álgido, difícil: abril nos deja sin aliento, aunque estas líneas brotan desde un remanso natural y único de nuestro país: escribo desde Ñande Reta, un Lodge pionero en los Esteros del Iberá: desde este Parque Nacional, que tiene 53 kilómetros cuadros de espejos de agua y miles de yacarés y carpinchos que conviven pacíficamente con otros cientos de miles de aves, podemos observar un país que sufre al compás del dólar y de una Buenos Aires adicta a los problemas. Así como este reptil extraordinario se alimenta de la palometa, el típico pez (hermano de la piraña ) de estas lagunas interminables, el argentino se alimenta y se aferra de dos números: la inflación y el dólar. ¡O casualidad! También son hermanos, y ninguno puede sentirse libre del otro.

Estas tierras, igual que este Lodge generoso y apacible, se han ido reinventando en pos de evitar la caza furtiva y darse una nueva oportunidad: ni los incendios de hace un año pidieron evitar el rebrote extraordinario de tamaña vegetación.  Se trabaja en equipo para cuidar a los animales, al turismo que genera los ingresos de los 1000 habitantes de Colonia Pellegrini, su pueblo, y del entorno en general.

La clase política argentina va de fracaso en fracaso. La ruta 14, que tiene ya un 70% de su traza hecha autovía, está en un estado calamitoso; hace siete años que el puente cercano a Curuzú Cuatiá está clausurado por un derrumbe. He pasado 5 veces en 3 años y la foto es la misma. Así quedó. La Argentina es un país de contrastes. Todo el tiempo pasamos del elogio a la crítica encarnizada. Es así porque justamente nos balanceamos en un péndulo entre lo bueno y lo malo. Un año para intentar mejorar, aunque sea en pequeños pasos. Es el desafío.

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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