Opinión

Menos biri biri, por favor

Por Román Iglesias Brickles

La dinámica veraniega lejos estuvo de aislarse del entorno. El castigo de la realidad es mostrarse tal cual es y en la provincia de Buenos Aires la criminalidad está a la orden del día. Con un nivel de violencia inusitado se vive en un estado de alerta permanente en el conurbano. Salvo en aquellos distritos que velan por la seguridad de sus vecinos (unos pocos), el resto se encuentra a la intemperie de los malhechores. De hecho, el término “conurbanización” se utiliza para dar cuenta de la gravedad de la inseguridad reinante. En el sur y oeste de la provincia ya es un milagro entrar o salir de un hogar sano y salvo. Los delincuentes van “patrullando” las zonas y cometen asaltos al voleo como sí ni remotamente existiera una policía o alguna fuerza de seguridad. La gente está suelta a su suerte o verdad.

Pero, lamentablemente no sólo sucede en los confines del AMBA. En el cotizado corredor norte también viven vecinos aterrados que miran al Cielo en busca de respuestas. Otean el Más Allá porque en la puerta de sus municipios no atienden ni al loro. Van a reclamar seguridad y les sale con un poco de cemento para el cordón-cuneta. Kicillof arma actos con partidarios para que lo aplaudan a rabiar mientras se queja de que el gobierno nacional lo margina. Se queja cómo si fuera peón de estancia pero es el gobernador de la provincia más importante de la Argentina. Las cuentas, ahí, no le cierran a nadie. En pauta publicitaria eroga miles de millones pero la Policía Bonaerense tiene sueldos de hambre y a los patrulleros le ponen nafta (algunos) los intendentes.

Otros dicen que no gastan nada en publicidad (muy parientes de Pinocho) y de esta manera le ganan al sistema pero tampoco le ponen combustible a las patrullas y menos que menos suman seguridad en sus distritos. Y encima, cómo si fuera poco, le piden a los vecinos que vigilen ellos sus casas, calles y comercios así están todos en “alerta”. Quieren que pongan todos los ojos en eso, así nadie revisa realmente qué trabajo están haciendo de verdad en sus barrios. Igualmente, en el país de las avivadas nadie es tonto. Y menos que menos los que mantienen con sus impuestos a los que, transitoriamente, gobiernan. “Más fútbol, más fútbol por favor” pedía el Flaco Menotti a sus jugadores cuando en un partido se ponían a mezquinar, hacer tiempo y, en definitiva, no cumplir los mandatos del DT. Parafraseando al gran César podríamos pedir “menos verso, por favor” porque ya nadie es tan nabo cómo para creer el discurso de redes sociales. O también podríamos pedir “más acción, por favor” y mucho menos biri biri, que tan de moda se puso por estos días.

Román Iglesias Brickles
Román Iglesias Brickles

Román Iglesias Brickles

rib@mediakit.com.ar 

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close