Personajes ilustres

El adiós a Martín Defferrari, el pequeño gigante

Por Eduardo Abella Nazar

Martín Defferrari, más conocido como el Enano o Deffe en su San Isidro natal o en San Cayetano, su lugar en el mundo, fue un verdadero innovador: a finales de los años 90 y fundamentalmente a mediados de los 2000 impuso junto a un grupo de amigos la que, tal vez, fue la primera hinchada organizada del rugby argentino. Los Buenmozos de Boulogne (LBDB) fueron su original invención.

Llevaron la batuta de parecer una barra brava de cualquier club de fútbol pero adecuada al rugby: con color, con canciones, bombos y aliento pero sin la violencia que sí hubo y hay en el fútbol. Obviamente que el CASI, y también el resto de los clubes de todo el país tienen la suya, pero Martín logró imponer una marca. En lugar de Los Borrachos del Tablón, los Buenmozos… todo un arte en el juego de palabras.

En tiempos en los que del fútbol no logra despegarse de la violencia y la locura asociados al negocio de los barras, pero también a la locura generalizada de los hinchas, que terminó con la prohibición del público visitante en casi todos los partidos, el ejemplo de estas historias de hinchadas en el rugby debería ser tomado y adaptado de algún modo: un personaje como el Enano, que no descolló como jugador, pero que sobresalió como ejemplo de valores dando todo por el club, incluso colaborando a la fiesta de las tribunas, bien puede servir y mucho.

Incluso llegó a trasladar el apoyo en algunos partidos de los Pumas en Vélez y en Ferro: “Fuimos a la UAR a pedir ayuda para mover colectivos, comprar banderas de palo y hacer toda la logística, me tenían que ver negociando con la dirigencia”, se jactaba el Enano entre risas. Llevó a la tribuna la idea de alentar con respeto al rival: un innovador total.

Logró su objetivo de ser un barra, un barra con valores. Desde él brotó el aplauso de la tribuna del SIC el día que el CASI nos ganó la final en Biei en 2005. Cuando pasaron dando la vuelta olímpica ocurrió eso, fue increíble”, contó Martín Franzini en el cálido homenaje que le hicieron en el pub del SIC a los pocos días de su partida.

La camada 78, de la cual fue parte y alma, fue muy buena en los años de juveniles, con la cual obtuvieron el campeonato de M16 en 1994, el Seven de ese año y el logro más importante, el torneo de 1997 en M19, ese año en tándem con la camada 79. Se amontonan los apodos: Negro, Machi, Chino, Portón, Fefito, Goma, Manguera, Ruso, Fideo, Sapo, Coquex, Furia… solo algunos de los que compartieron con él aquellos años felices.

Imposible olvidar el trabajo de Edu Don Daffis  y Popa Wernicke en el homenaje que le hicieron en el Pub, reducto espectacular del San Isidro Club. También lo despidió su grupo de la vieja Belgrano Alta en el Monumental, que además de Daffis, tenía a Gabi, Rouco, Drupy, Cofla, el Tano y Charlie.. nombres acá y allá.

Acababa de completar una carrera en la que terminó muy bien, bajando los tiempos de manera contundente, y había cumplido los 46 años pensando en comenzar la cosecha gruesa en su campo, cuidando a sus “mantos negros”, como le decía a su ganado, imaginando otra vez al SIC y a River ganadores, pensando todo eso en positivo: ahí, paradojas de la vida, su corazón dijo basta. En la madrugada lluviosa del 22 de abril no pudieron curar esa malograda aorta producto de infarto traicionero, y desde aquel día se reencontró en el cielo con su papá -Horacio Defferrari, baterista de la legendaria banda de rock La joven Guardia, autora del tema “El extraño de pelo largo”-, a quien perdió cuando apenas tenía tres años. Irene, su mamá, sus hermanas María, Milagros e Inés, e Ignacio, su hermano, perdieron al guardián. Eso era Martín para todos.

Apasionado por el campo, siempre en los detalles, desde la semilla del maíz hasta el ternero recién nacido, pasando por sus múltiples relaciones con la gente del pueblo, San Cayetano, hasta cualquier esquina de Boulogne, el barrio de su infancia. “Amigo de los amigos, siempre estuvo para dar una mano cuando hizo falta sin querer protagonismo. Si a alguien se le subían los humos, ahí estaba el Enano para meter un carpetazo con gracia y acomodar todo”, fue parte de la maravillosa descripción de Tomás  “Gula” Cazenave en las redes del SIC.

Escrito o no, el destino quiso que no viaje a Córdoba a vivir otro clásico. “Ya estoy en otra etapa de mi vida, prefiero quedarme en casa, tranquilo”. Es lo último que hablamos quien esto escribe y él, después de varios días de insistirle para que viajemos juntos. Tenerlo cerca hacía bien.

Pocos días antes, a principios de abril, había corrido y mejorado su tiempo en una carrera de aventura de altísima exigencia, la Patagonia Run, donde terminó los 70 km de montaña en 14 horas, tres menos de lo que tardó el año anterior. Estaba fit, muy entrenado y la hizo con sus amigos Martín Rospide (Rospo) y el Perro Diego Lafuente, ambos “zanjeros”. Para ellos queda el recuerdo final en lo deportivo. “Empezó en 2017 la distancia de 10 km y año tras año venía subiendo hasta correr los 70K en 2023 y este año.. venía súper motivado, muy entrenado”, cuenta Rospo, ex primera línea del SIC y ultra maratonista, a quien Martñin acompañó durante algunas etapas cuando Rospide logró la hazaña de unir la Quiaca y Cabo Vírgenes  trotando toda la ruta 40 durante meses, a finales de 2019 y principios de 2020.

El líder de LBDB era amigo de todos: de Gabi Albanese, hermano de Diego. Por ahí aparecieron Fede Serra, Longa Artese, Pato Nealon, Diego Albanese, José Cilley, Juampi González Bonorino, Puchu Angelillo o el Yankee Rolando Martin, todos históricos y campeones en el club. También el periodista Zuca Conti. Todos quieren estar. Se cruzan desde la otra vereda a saludarlo los del CASI, como Peri Giménez Budde, Pato Ganly, el morsa Cohen o el Chepa Sarlanga de Hindú, que lo enfrentó también en legendarios partidos intercolegiales entre el Pillgrims -colegio de Martín- y el Santa Teresa. Excedió su zona de influencia.Tal vez llegue el momento de que esa tribuna del ingoal que da a la pileta lleve su nombre. Sólo ideas que sobrevuelan Boulogne en estas horas de tristeza infinita.

El Enano se transformaría luego en un estandarte de la Pre Intermedia B, lugar en el que curiosamente llegó a compartir cancha en el regreso de Diego Albanese al club, en 2005, cuando le exigieron al ex Puma a empezar el camino “obligatorio” para volver a la Primera.  Eduardo Coco Oderigo, ex presidente del SIC lo recuerda así: “Un chico espectacular, todo lo que queremos pregonar lo tenía. Con solidaridad, poner la cara siempre, ser buen amigo.. y era claramente el hincha número 1 del SIC”. Siempre llevando los bombos y las banderas, dejó un legado en las generaciones que lo sucedieron a él y a su grupo de amigos.

En el próximo clásico ante el CASI se podrá volver a ver ese color en todo su esplendor, la obra del Enano continúa en esto de alentar sin destruir al otro, empujando a su equipo. “Vamos a ganar si jugamos cerraditos, bien con el scrum, concentrados y con cabeza”, repetía en cada instancia final a la que llegaba la Zanja. Un apasionado.

Su compañero indivisible en la cancha y en la vida –el Enano jugaba de medio scrum-, Machi Ramallo, que era apertura, también compartió su adolescencia con el Enano siguiendo a River por todas las canchas: “Tenemos mil historias, yo me subía a cualquier lugar en las tribunas cuando íbamos de visitante y él, con vértigo, me decía que no sea villero…”, cuenta con alegría y una impactante nostalgia. Junto a Ramallo se encargaron durante años de organizar leñ 3 tiempo del plantel superior: coincida, bebidas, música y hará la fiesta y posterior cobranza era tarea del tándem 9-10 de “la 78”.

Se enojaba cuando alguno criticaba al campo con el famoso “ustedes los chacareros siempre lloran”, y explicaba una y otra vez lo difícil que es ser productor agropecuario. Lo explicaba con pasión. Fundamenta cada uno de sus argumentos.

Era un amante de las estadísticas, fueran de rugby, de fútbol o de política: “Menos mal que ganamos esa final en Madrid”, me decía cada tanto, en alusión a su River La pudo disfrutar desde el optimismo triunfalista que lo caracterizaba.

El Chino Bonorino, con la voz quebrada, lo recordó con dolor y amor: “Para quererlo no tenías que ser su amigo desde los nueve años, enseguida lo amabas”. La repentina partida de Martín sacudió los cimientos del San Isidro Club, simplemente porque él era un pedazo de ese club.

Los bombos y las banderas  contemplaron en silencio la despedida de Deffe que, enfundado en su bandera azul, blanca y negra, que luego fue también abrigado con una vieja camiseta de River Plate. El aplauso cerrado de los cientos que llegaron ese 22 de abril plomizo a la Zanja se recordará siempre. Su viaje final regado por un mar de lágrimas de amigos de todos los ámbitos en el Jardín de Paz es el reflejo de amor que generó. Fue un cultor de la amistad, la solidaridad, y de las mil y una anécdotas de todo tipo y color.

Tenemos un grupo de chat, con dos Matías, Lucky, otro Enano, Roña, Rib, Vasco, Faca, Mirko,  Fede y el Lagar, que nació al compás de los mundiales de fútbol: lo que era Sudáfrica 2010 (donde, por ejemplo, nos tiramos junto al Lobo Freixas -así le decía él al Colo por su fanatismo por Gimnasia- en el bungee jumping que hay en un puente de la Ruta Jardín o contemplamos los tiburones blancos desde una jaula en el Océano Índico).

Luego el chat mutó luego a Brasil 2014 , donde otra vez viajamos y disfrutamos de momentos imborrables, con viajes interminables entre Río, San Pablo y Brasilia, por ejemplo. y luego Rusia 2018 para luego llamarse Qatar 2022… no fuimos con todo el grupo a los últimos dos, de hecho ahí la profesión permitió que de un grupo de más de diez, solo fuésemos dos los agraciados de estar en Doha aquel 18 de diciembre de 2022, pero la pica permanente, los asados y las juntadas nos unieron para siempre. El Enano fue el alma de ese grupo de amigos. El nombre, que había pasado a ser Campeón del Mundo, como él quiso nombrarlo, es ahora “Hasta siempre, amigo”. Un resumen de lo que generó en tanta gente de acá y de allá. Un ser único. Un pequeño gigante. Te vamos a extrañar.

Noticias relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close