De la mano de Lucas Piña, los universitarios volvieron a festejar ante SIC. Nuevamente la definición del torneo más importante del país fue en San Isidro.
Con la consagración de CUBA como nuevo monarca de Buenos Aires culminó una temporada cargada de desafíos. La reapertura de actividades y la lenta salida de la pandemia recién permitieron que el Top 12 diera inicio el 17 de julio. Y con mucha incertidumbre se fue desarrollando hasta llegar a una tremenda definición en el CASI. Los Universitarios vencieron al SIC 10-9 y demostraron que su rugby está más vigente que nunca.
Al margen de los típicos momentos y jugadas que perfilan una final, lo que estableció la (mínima pero certera) diferencia entre ambos equipos fue su temple. Un SIC brillante, pleno y rebosante de talento (campeón en casi todas las categorías) se hubiera coronado una vez más si no hubiera enfrentado a CUBA. Este equipo compacto, enfocado y aguerrido cuenta con muchas cualidades pero una sobresale por encima del resto: su convicción.
Y fue gracias a su determinación que no claudicó cuando la clasificación a los playoffs se complicaba ni cuando tuvo que enfrentar en semifinales a Newman, el conjunto sensación de 2021. Tanto allí como en la final ante los de Boulogne contó con ese extra que terminó personalizando en el veterano Lucas Piña, que se había retirado y volvió para jugar con 37 años y demostrarle a la juventud de su club que la vigencia se mide con muchas varas.
«Me tocó ser entrenador y acompañar desde algún lugar; así porque estuvimos muy en el fondo hoy (por el sábado) estamos acá: dijimos nunca más queremos estar ahí y supimos salir lo que no nos mató nos hizo más fuertes” aseguró el emblema tras la coronación. CUBA estuvo a punto de descender de categoría y tomó esa advertencia del destino como un desafío. Y a eso le sumó el empuje de este jugador que deberá tener su placa de bronce porque su valía va más allá de los límites de un campeonato. Se trata de aquel tipo de personalidades encolumnar tras un sueño a todo un plantel de rugby. Sucedió en 2013 y se repitió en 2021.