Opinión

Otra oportunidad

Por Eduardo Abella Nazar

Hace pocas semanas, en la primera parte de este septiembre picante –cuando nuestro  avión carreteaba por la pista de Ezeiza con la proa a Estados Unidos atentaban, por suerte sin éxito, contra Cristina Fernández-, fuimos con la productora Mediakit en una producción internacional para Canal 26, a cubrir el periplo del ministro Massa a Washington y Houston.

Massa fue cosechando durante años buenas relaciones en USA: el lobby está validado en Washington, y el hábil ex intendente y diputado lo fue puliendo como un diamante. Desde el jefe de operaciones de Chevron, en sus oficinas centrales, pasando por Claver-Carone del BID o Sullivan, asesor de Biden, hasta Yellen y Georgieva, todos recibieron y dieron apoyo a la Argentina. Le dieron una oportunidad más en un contexto de inflación al 100%, de post pandemia, de atentados… el cocktail ya era bravo antes del viaje, pero la situación anómala de la procesada vicepresidenta, a la cual no asesinaron de milagro, dejó las reuniones en DC con un tono de misericordia que Massa balanceó a su merced.

Jorge Argüello, el multifacético embajador argentino, volvió a lucirse y abrió más puertas aún (difícil de entender que no será él el canciller argentino); en el primer acto importante, el BID destrabó casi 5000 millones de usd y además subió la oferta: 1200 millones directo a reservas. Luego más oportunidades para Massa y su equipo. El FMI palmeó la espalda del ministro y le ratificó el acuerdo.

Mientras tanto, los intendentes aceleran obras, los gobernadores piden plataaunque algunos tengan ahorros en dólares, algo confirmado por Economía-, todos piden más y el ajuste se hace inviable. Aunque se tenga poder de lobby, y buena verba para convencer, la única realidad terminan siendo los resultados.

La gira por Norteamérica dejó la certeza de que el país retornó al eje occidental, del cual no volverá a salir, pero también deberá mostrar crecimiento, prolijidad y ganas de ser mejor. Se puede simular que se estudia, pero la única verdad se verá a la hora de jugar las cartas y alejar al país del 50% de pobres y 100% de inflación, dos números indigeribles. Otra oportunidad para una tierra rica pero flácida en la gimnasia del crecimiento, justo un año antes de las elecciones.

La oposición se sacude buscando figuras que encabecen (hasta la tímida Vidal de animó a vestirse de candidata presidencial) y Macri busca ese operativo clamor que lo establezca por encima de Rodríguez Larreta para volver a Balcarce 50.

Massa vio el hueco en la barrera y quiere hacer el gol soñado para llegar, mientras el kirchnerismo lo mira de costado y planea alguna trampita para que todo no sea tan sencillo en el mundo de Peronia. Ellos juegan su partido, mientras el país navega a los tumbos. Así se vive.

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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