Las 21 millones de dosis que en estos días deambulan en el cuerpo de unos 15 millones de argentinos son escasas para evitar el dantesco número de muertes que nos sacude a diario y que, todos sabemos, va irremediablemente a superar los 100.000 decesos en pocos días -y con un número aún incierto para el fin de la pandemia, tal vez en septiembre u octubre-.
Todo esto a la luz de lo que va sucediendo en el hemisferio Norte, donde la inmunización a escala a derrocado abruptamente las internaciones y ha devuelto a la gente a una vida normal, prescindiendo de barbijos y disfrutando de las cuestiones más sencillas.
Mientras todo esto ocurre y aún con la disyuntiva de por qué unas vacunas sí y otras no, la política va moviendo sus piezas electorales: Juntos por el Cambio, que va rumbo a otro nombre como alianza de oposición, debate si el personaje con mayor nivel de conocimiento en todas las encuestas, la ex gobernadora María Eugenia Vidal, acepta encabezar la lista de diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires o si ése sitio lo dirimen en las PASO Jorge Macri y Diego Santilli. Muchos analistas creen que la interna desgasta al espacio; otros, que lo potencia. La realidad es que viene un plebiscito nacional en las elecciones de noviembre -con una previa en las PASO de septiembre-.
El Gobierno busca una figura que defienda su norte, fundamentalmente en PBA. En esta edición Ariel Sujarchuk, alcalde de Escobar, se puso a disposición del Frente de Todos: “Tiene que ser un intendente o un ministro”, azuzó. El oficialismo no encuentra su candidato y la oposición tampoco. En ese berenjenal de la casta política se mezcla la inflación, la vacunación y una de las peores caídas económicas de nuestra historia. El objetivo de la campaña electoral debería ser cómo van a crear más y mejor empleo y cómo van a derrotar la inflación, que en 2021 va a superar el 45%, una ganga.
Pero probablemente asistamos a una sarta de agresiones y pase de facturas, bien a la altura de la política de cabotaje. Nos merecemos una política mejor, una gestión mejor y una vacunación mejor. Con estos y con aquellos. Ojalá esta nueva contienda democrática sirva para mejorar. Pero primero hay que llegar a septiembre, y eso ya es una hazaña.
Eduardo Abella Nazar