Opinión

Sufrir, el mayor acto de sumisión

Por Román Iglesias Brickles

El efecto olla en el cual está sumergida la Argentina, imbuida en una permanente ebullición, no da respiro. Con una sociedad convulsionada por diferentes frentes abiertos, naturales y autogenerados, se hace muy difícil lograr una armonía mínima necesaria para una convivencia pacífica.

 

Las presiones habituales a las que está sometido cualquier mortal en la sociedad actual (empecemos por llegar a fin de mes) se entreveran con las disputas de una clase política que, una vez más, se muestra alejada de la realidad. Este sombrío presente, con un horizonte de 100 mil argentinos muertos por la pandemia y la desidia, asfixia con inflación, falta de vacunas, pobreza a niveles africanos (señora disculpe la estigmatización; próximamente será a “niveles bonaerenses”) y chicos que en un año y medio casi no tuvieron clases es poco menos que desalentador. Ni el personaje Alegría, de la celebrada animación “Intensamente” de Disney podría sostener su papel ante semejante escenario.

 

En este contexto, las elecciones legislativas que se avecinan parecen erigirse como una prueba de fuego para el gobierno de Alberto Fernández. Su desgastada gestión, poco ayudada por sus curiosas alocuciones y la clausura de la economía en 2020, tendrá su termómetro justo en los comicios de medio término. Según las encuestas y la mirada de los especialistas, el crédito de la conducción del Frente de Todos a nivel nacional y provincial (sobre todo en Buenos Aires) llegó a niveles de saldo. 

 

Habrá que ver de qué manera, con escasos recursos y una creciente demanda multisectorial, logra componer una sinfonía que no pifie los acordes de la marcha. Nunca serán de mucha ayuda esos tímidos sonidos de cacerolas que, cada tanto, retumban en pulmones de edificios y avenidas iluminadas. Tampoco, las disputas a plena luz del día y en público de los propios actores del poder que poco favorecen la paz social. Una vez más, la Argentina llega a una encrucijada de la mano de sus dirigentes dispuesta a sufrir, tal como acostumbra desde hace décadas. 

Román Iglesias Brickles
Román Iglesias Brickles

Román Iglesias Brickles

rib@mediakit.com.ar 

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