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Cómo cambiaron los hábitos en bares y restaurantes con las nuevas restricciones
Cenas a la tarde, tragos antes de que se ponga el sol, almuerzos más largos. Así se adaptaron los vecinos a las medidas para restringir los contagios de Covid-19. Los comercios gastronómicos no pueden ofrecer servicio de mesa después de las 19
Debido a las nuevas restricciones en el rubro gastronómico para prevenir contagios de COVID-19, bares y restaurantes -con el apoyo del Municipio- ofrecen a los comensales propuestas para que incorporen nuevos hábitos a la hora de salir a comer. Cenas a la tarde, tragos antes de que se ponga el sol, almuerzos más largos son algunas de las iniciativas para fomentar el consumo y ayudar a los comercios del partido.
Los bares y restaurantes, que no pueden brindar servicio de mesa después de las 19:00, ofrecen propuestas tanto con platos dulces como salados y distintas bebidas para aplicar de merienda o de una cena temprana.
«Por suerte del lado del cliente nos sentimos apoyados, vienen y disfrutan de un buen almuerzo o merienda, o cenan temprano. Nunca dejaron de venir, se amoldaron a estas nuevas restricciones«, exclamó Adrian Matrakar, socio y dueño de Blossom.
La distribución de las mesas es fundamental, con una distancia mínima de 2 metros, y siempre al aire libre. Los socios explicaron que la opción del delivery y take away -modalidades en las que San Isidro fue pionero- sirven para mantener el funcionamiento del negocio, pero explican que están lejos del punto de equilibrio.
Mauricio Gómez, subsecretario de Inspección General, explicó: ¨Ya los comerciantes y la gente conocen las medidas. Desde nuestro lado vamos a incentivar a la industria gastronómica, ofrecemos nuestra contención y buscamos que tengan herramientas y opciones para que sigan abiertos. Siempre recordamos que es fundamental este tipo de actividades al aire libre, con distancia, alcohol en gel y barbijo¨.
Con sus nietos y mientras esperaba a su esposa, Héctor Beldoso de Martínez, opinó: “Posse fue un impulsor de medidas que favorecen el bienestar mental de la gente y también el lado económico de los locales. Por eso, hoy, lo que antes hacíamos de noche, ahora lo hacemos de día”.
En otra mesa se encontraba María Carlota Pereyra con su amiga y concluyó: “Nosotras vemos que los protocolos se cumplen, la gente necesita tomar un café o comer algo. Uno saliendo aunque sea un ratito, se siente bien»