La aceleración de la degradación de la situación económica no se detiene. Pareciera que con la cercanía de las elecciones ya se agotaron todas las instancias, los pases de magia, las soluciones de galera y los planes salvadores ya no logran ni mitigar una inflación tan acuciante que ridiculiza el sueldo de cualquier trabajador. Increíblemente, se ha conjurado la peor maldición económica: ya no hace falta ser desempleado para ser pobre. Se trata de una proeza difícil de igualar. En este soberano plan de matar el mérito se llevaron puesto hasta el sueldo. A nivel nacional se discute de todo menos cómo solucionar los problemas y el rumbo del país.
En el llano, la realidad. Los alcaldes, que cuentan con el verdadero termómetro de la situación pero tienen acotado margen de maniobra, revisan puertas adentro sus estrategias de cara a las elecciones. A la espera de la definición de sí en las PASO habrá unidad o competencia entre candidatos propios, muchos imaginan un estudio de caso por caso. La lucha es ardua pero nadie quiere perder ningún distrito, más allá de las diferencias de visión que pudiera haber. En ese registro se encuentra Tigre. La reciente foto junto a colegas, Wado de Pedro y Máximo Kirchner parece sentar un precedente importante para Julio Zamora que pide reglas claras para las primarias. Lo mismo sucede con Gustavo Posse en San Isidro que tiene en Ramón Lanús (apoyado por Patricia Bullrich) un rival que podría disputarle su lugar.
En ningún búnker todavía hay certezas sobre el futuro cercano pero en estos dos municipios aguardan con mayores ansias las decisiones que se tomen a nivel nacional. En Vicente López todo indica que Soledad Martínez (con la bendición de Jorge Macri) no tendrá problemas en continuar el trabajo del ahora precandidato a jefe de gobierno porteño. En medio de la disputa del poder, la ciudadanía aguarda con algún margen de ilusión que estos comicios sean una suerte de un volver a empezar. Cómo ya sabemos, y a pesar de todo, la esperanza es lo último que se pierde.
Román Iglesias Brickles