En este contacto mensual que tenemos mediante esta columna de opinión hemos realizado todo tipo de análisis, críticas y elogios durante los más de cinco años que lleva Nuevo Norte acompañando a La Nación. Mucha rosca local, política local, economía local… pero estas líneas brotan ahora desde Florida, Estados Unidos.
Estamos realizando una cobertura de tv junto a la productora Mediakit y Canal 26. Son días álgidos en Norteamérica. Aquí hay grieta, una grieta también histórica que divide a unos y otros. No se trata de republicanos o demócratas. Se trata de una forma -o varias- de entender un país.
Estamos viajando por tierra desde Miami hasta Washington DC, la capital. Allí será la batalla final para saber si Trump vuelve a sorprender o Biden saca provecho de la grieta y también de esta pandemia que golpeó una economía que rugía al ritmo de un presidente todopoderoso hasta marzo. Todo cambió. El escenario es incierto y la gente se agolpa en los correos para emitir su voto por adelantado. Dicen, en su mayoría, votantes de Biden. Otros auguran una marea roja votando al actual mandatario el mismo 3 de noviembre.
Un país con consumo y un estándar de vida superior a la media, pero que no resuelve viejos demonios como el racismo, la intolerancia y una profunda ignorancia general de buena parte de su población. Contrastes de una tierra rica y extraordinaria, pero falta de salud en el plano general. Tenemos de todo para copiar en la Argentina de lo bueno que este gigante tiene, pero si hay algo en lo que tristemente ahora nos parecemos es en el permanente estado de crispación y división. Miro el mapa y faltan 1700 km para llegar a la Casa Blanca. Vamos atravesar Georgia, Carolina del Sur y del Norte, Virginia y finalmente DC. Hora de seguir contando historias.
Eduardo Abella Nazar
