Las elecciones legislativas de Buenos Aires no son santos de devoción de nadie. Es cierto que ningún ciudadano pierde el sueño por la proximidad de estos comicios pero también que tienen incidencia directa en el futuro de la región y el país. El ausentismo parece ser una de las mayores preocupaciones de la política para esta cita eleccionaria: la apatía de las clases bajas y media podría atentar contra el status quo en el seno del refugio kirchnerista. El último bastión K parece desmoronarse gracias a una gestión alejada de los problemas de sus votantes y ocupada en un relato que ya no tiene sustento y su caja se va secando. Las luchas internas lo expusieron y con Cristina condenada y presa, el liderazgo sigue vacante.
La renovación en la Legislatura, al margen de la desconfianza generalizada, representa una oportunidad para buscar alternativas. Por eso Julio Zamora, intendente de Tigre, buscará escalar los peldaños provinciales en esta contienda. Probada su capacidad de gestión, resolución y con el apoyo de sus vecinos se lanza hacia arriba. Para el ex maquinista será un test muy grande en su papel de armador del espacio Somos Buenos Aires, una confluencia de personalidades que busca sintonizar con los desencantados.
La situación en la provincia de Buenos Aires está lejos de ser un paraíso y bastante cerca de parecer un infierno: un celular sigue valiendo más que una vida, el narco parece haber mudado de Rosario al conurbano, las inexistentes obras hidráulicas ahogan al campo cuando llueve y los 6 años de gestión kirchnerista…hablan por sí solos. Muchos piensan que el inicio de un cambio es posible.
En la Zona Norte los oficialismos intentan validar sus gestiones iniciadas a fines de 2023 poniendo en valor lo actuado hasta aquí. Algunos con mayor énfasis que otros, los alcaldes recorren las calles de sus distritos tratando de motivar a los vecinos a que se acerquen a las urnas este domingo. Hubo fuertes rezos a Santa Rosa para que las lluvias no fueran tan bravas en Pilar y Escobar: un par de gotas más y la gente les hubiera hecho sentir el rigor. Las mejoras para los barrios privados están bien pero mejor es si hubiera más calles asfaltadas y se consiguiera una mayor cantidad de cloacas en cada partido. El grueso de sus vecinos espera que sus condiciones mejoren en esta vida.
Para Vicente López no representa contrariedad esta elección. Soledad Martínez, que firmó con tinta violeta para jugar este partido, parece tener todo bajo control para mantener supremacía en el Concejo Deliberante. Su objetivo está puesto en solidificar su figura pero también clarificar de qué color quedará. Esta experiencia mixta (por el acuerdo con LLA) aún tiene final abierto.
Hasta acá, lo de San Isidro parece ser lo más atractivo para mirar desde afuera. Un distrito que tuvo cambio de mando en 2023, que arrancó en punto muerto y tomó algo de impulso con la permanente exposición en redes sociales de su intendente Ramón Lanús. “Vengo a hacerme cargo de la seguridad” le dijo a este suplemento el día que ganó las elecciones. A decir de los vecinos que casi pierden la vida (varios la perdieron, de hecho) en los cientos de actos de inseguridad ocurridos hasta aquí, todavía queda un margen importante para mejorar ese ítem. No todo es adversidad: muchos de sus seguidores de Instagram compartieron su alegría por las mejoras en los canteros de varias avenidas.
Volviendo a Tigre se dará un choque de titanes porque Zamora va por la senaduría por la Primera Sección, al igual que Malena Galmarini (Fuerza Patria). Ambos fueron protagonistas de las últimas elecciones en ese pago y se avecina otra gran batalla, ahora por la provincia. Todavía quedan esquirlas de aquellos severos roces. La gente, que respaldó fuerte a Zamora hace un año y medio, sigue con mucha atención toda esta nueva contienda.
Román Iglesias Brickles
