Opinión

Sin milagros pero sin maldiciones

Por Román Iglesias Brickles

En distintas rondas de charlas en off que se dan en los últimos días la coincidencia es plena. Increíblemente el horror y el espanto acercan posiciones y entregan un veredicto que nadie apela: el escenario actual del Gobierno nacional es caótico y nadie se beneficiaría si, finalmente, la “bomba” explotara. Sólo el binomio presidencial sigue dentro de la lógica destructiva alejado de la realidad y del sufrimiento de todo el país. Puertas adentro aseguran que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner viven anestesiados de realidad y miran este tétrico momento de la Argentina a través de un vidrio esmerilado.

Al peronismo le pasó lo que jamás nunca nadie imaginó: perdió la calle, la inflación lo canceló y su plan fracasó. Con una increíble torpeza y desinterés ciudadano sólo se enfocó en la acumulación de poder y cajas para “aguantar los trapos”. Pero los trapos están en la calle y muchos de ellos rezan “CFK nos traicionó” y “Andáte Alberto”. Lo que sí se puede destacar es que en el denostado mundo de la meritocracia, la jugada y el gol en contra son absolutamente crédito propio. La oposición se agarra la ropa para que nadie la arrastre al precipicio. Ya bastante tiene con la bala de plata desperdiciada durante el período 2015-2019 con todo el poder en la mano.

Ya muy pocos analistas dejan de lado la teoría del Apocalipsis cuando se analizan los números de la economía y las medidas que (no) se toman diariamente. Sin plan y yendo a los ponchazos el consorcio de los Fernández busca un milagro que nunca llegará. La última vieja novedad es atacar a los productores del campo para que liquiden sus granos pero no se habla ni una palabra de bajar el gasto de un Estado elefantiásico, ni de dejar en paz a la maquinita.

La dinámica autodestructiva no es novedad para los argentinos pero me animo a pensar que no tiene freno en su escalada. Dentro del propio Gobierno y de las filas del peronismo más racional hay algunas voces disidentes pero todavía no se hacen escuchar. Incluso algunos ya hablan de elecciones anticipadas. La última experiencia  fue durante el período de De la Rúa que, por bastante menos, renunció. Para bien de todos, lo fundamental será que las decisiones que se tomen tengan como objetivo ir solucionando la situación en lugar de empeorarla. Nadie pide milagros, solo que no se conjuren mayores maldiciones. 

Román Iglesias Brickles
Román Iglesias Brickles

Román Iglesias Brickles

rib@mediakit.com.ar 

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