Opinión

Todos contra todos

Por Eduardo Abella Nazar

La política brinda en estos días un panorama bastante desalentador: pocas soluciones, mucho egocentrismo, poco plan de gobierno serio -en el presente y hacia el futuro-, y muchos nombres propios.

En la Argentina, todos quieren ser. Pocos -y en esto hay que darle valor al renunciamiento de Mauricio Macri en pos de darle lugar a sus candidatos- se han puesto en el lugar del que construye; hay mucho cacique y poco indio, dicho en lenguaje criollo. Los intendentes del PJ que estaban o continúan en cargos de la gestión nacional o provincial, volvieron o están por volver.

El oficialismo debate si es con CFK (una derrota sería su viaje final al Calafate) o Massa, que anda con un extintor en medio del incendio, viendo si sale con vida para esperar un futuro mejor, ya como jefe del justicialismo, o busca continuar luego en el ámbito privado, algo que, dicen desde su entorno, ve con cierto alivio. Alberto Fernández sigue de gira mientras escribe sus memorias: es un ex presidente en funciones.

Desconoce la realidad y decidió sumar millas a lo loco. Todos quieren ser: Patricia Bullrich amenaza con entrar con motosierra, Larreta propone paz y desarrollo con la anti grieta y por otro lado está Milei, que junta votos en todos los escalones sociales y ya no es una amenaza: se transformó en el candidato único con mejor intención de voto. ¿Y se juntan finalmente Patricia y Javier? ¿Toleraría eso Macri? Larreta sigue su rumbo, y en la provincia no está claro quién podría derrotar a Kicillof, que goza de gobernar sin aparecer demasiado. Toda una rareza.

Los intendentes de la Zona Norte tienen un panorama bastante claro en sus oficialismos, porque en Vicente López Soledad Martínez camina a la reelección, igual que Gustavo Posse  en San Isidro -excepto una definición concreta de JxC para ponerlo como candidato al sillón de La Plata-, en San Fernando Juan Andreotti no tiene mayores escollos, Achaval en Pilar deberá afrontar una lucha más concreta y Sujarchuk se apronta a renovar en Escobar; el gran dilema está en Tigre, porque Julio Zamora, con una valorada gestión entre sus vecinos y todas las chances de reelegir en el mano a mano contra Cernadas de JxC, sabe que se viene una interna probable con Malena Galmarini, que sueña con llegar al despacho de Cazón y Bourdieu. Nada está dicho, pero todos quieren ser…

¡Gracias!

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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Un comentario

  1. Que sea JXC una vez definida quien queda, apoyo a Bullrich personalmente. Se necesita orden, determinación y coraje.Expetiencia,la mejor ministra de Seguridad.Milei no tiene extructura,sabe de economía seguro pero para gobernar un país se necesitan otras condiciones,aparente si inestabilidad emocional le juega en contra.Y si tiene tanta proximidad a las ideas de JXC por qué se presenta para sacarle votos al único partido que tiene chance de correr definitivamente al peronismo ,populismo que destruyó el país, su cultura,el trabajo,educación, seguridad,salud, y que trajeron de vuelta los ignorantes e impacientes.

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