Culmina un año que tuvo un comienzo ralentizado y, luego, al ritmo de la campaña, se volvió vertiginoso hasta traernos a las puertas del 2022. Con la pandemia vigente y su sucesivo oleaje, la Argentina vivió, padeció y sufrió de distintas maneras la manera de hacer política de sus dirigentes. En muy pocas formas logró beneficiarse de estos rendimientos y quedará, una vez más, saldo deudor de la gestión nacional. Fuera del ámbito político, este 2021 tuvo una explosión de autoconocimiento colectivo. Los argentinos nos dimos cuenta de que tenemos un país maravilloso y, al estilo americano (salvando las distancias) los destinos turísticos locales fueron furor. Más allá de las dificultades para viajar al extranjero (dólar inalcanzable, sin cuotas, vacunas, PCRs, etc) el turismo vivió y vive un auge inédito en la historia argentina. Más allá de los lugares tradicionales de vacaciones, la mayoría de las provincias tuvo afluencia de viajeros en busca de esparcimiento.
Así fue que, según datos del INDEC, hasta septiembre de este año se estimaron 2,4 millones de pernoctaciones en establecimientos hoteleros y parahoteleros. Esto implicó un aumento de 1.630,4% respecto al mismo mes del año anterior. Las pernoctaciones de viajeros residentes registraron un incremento de 1.679,4% y las de no residentes aumentaron 243,9%. Esto se toma en cuenta dentro de 7 regiones turísticas (CABA, Bs As, Litoral, Norte, Córdoba, Cuyo y Patagonia) y 46 localidades. Más allá de que se compara con un año casi pausado (2020) da cuenta de una movilidad que empuja hacia arriba a las economías regionales y a las pymes.
Este dato, que volverá a ratificarse a lo largo del verano que llega, muestra que si hubiera planificación e incentivos (además del Previaje) el desarrollo turístico debería ser una inagotable factoría de haberes. Y eso sin contar con la llegada de extranjeros que traen gratis sus dólares frescos y muchas ganas de usarlos. Quizás alguna luminaria del poder se digna a trazar un plan competente y eficaz para aprovechar los increíbles lugares y potenciar los servicios. Si ello llegara a ocurrir estaríamos en la antesala de un nuevo mundo. Ojalá todos los que aquí estamos podamos verlo algún día.
Román Iglesias Brickles
