Personajes ilustres

Efecto Enrique Piñeyro

Por Eduardo Abella Nazar

El lobby del hotel en Varsovia es el mudo testigo de la frase que el mega millonario, actor, piloto, médico y cineasta Enrique Piñeyro suelta con una sonrisa pícara: «Sí, me compré un yacht de lujo que costó 2,5 millones de euros, es mi barquito privado«, y la historia detrás del personaje es que se lo dio a Open Arms, la ong catalana que rescata náufragos del Mediterráneo que huyen de África en busca de una mejor vida.

Despegar en su Boeing 787 es una experiencia extraordinaria. Preguntarle todo, desde cuestiones de la máquina hasta de la ruta de vuelo, de seguridad y demás, ni hablar: siempre habrá una respuesta apasionada por parte de él. En pandemia decidió comprar el Dreamliner 787 para hacer vuelos humanitarios con la Fundación Solidaire, creada por él mismo para rescatar y llevar gente de un sitio a otro -principalmente en África-. Ese poderoso y súper eficiente avión que traslada más de 200 personas por vuelo recaló en Polonia para llevar junto Óscar Camps -líder de Open Arms- a unos mil ucranianos hacia el resto de Europa mientras dura la guerra.

Enrique Piñeyro
Enrique Piñeyro

Nos tocó cubrir esta gesta en el último de los vuelos desde Varsovia a Barcelona y Madrid: madres e hijos huyendo del horror, muchas de ellas viudas, y el paso previo en centros de refugiados montados especialmente para la ocasión.

Piñeyro es un alma generosa: heredero de la familia Rocca (Grupo Techint) por el lado materno, decidió que el placer de volar se podría combinar con ayudar. Vendió sus acciones, que no cotizan en bolsa, y salió a volar por el mundo. Su obra de teatro itinerante, Volar es humano, aterrizar es divino, se sigue paseando por España y la Argentina con singular éxito. Su restaurante Anchoíta también lo tiene como chef protagónico. Hincha fanático de Boca Juniors, no confiesa si su residencia bastante habitual en la bella Madrid lo tuvo como espectador de la histórica final el 9 de diciembre de 2018, pero sí nos deja un dato: esa fecha cumple años. Vive en San Isidro, pasó su infancia en Vicente López y da vueltas y vueltas al mundo ayudando. «Tenemos que terminar con la acumulación y usar el lujo en beneficio del otro», repite. Rebelde, discutidor y sumamente inteligente, pide que «nunca dejen de desafiarlo«, ya sea en una mesa de café hablando de la cocción de la carne a la parrilla o sobre cualquier tema. Es un disruptivo de alma.

Enrique Piñeyro
Enrique Piñeyro

Camps nos cuenta cómo se conocieron: «Habían donado 150 mil euros y decidimos averiguar quién era. Llegamos a él y dijo que nos esperaba en la terminal ejecutiva de Barcelona para tomar un café, pero al llegar me hicieron subir a su avión, volamos a Mallorca, me invitó a a almorzar frente al mar y me dijo que nos quería ayudar; ahí le contamos del barco que nos hacía falta para rescatar gente y lo fuimos a buscar. Vimos 11 barcos y finalmente compró el que ahora estamos terminando de preparar en Barcelona«.

De película. Tratándose de un cineasta, no podía haber mejor guión.

Enrique Piñeyro
Enrique Piñeyro
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