ROBERTO VILLAMIL: periodista, fotógrafo, escritor, investigador y aventurero halló el descanso eterno en Capilla del Monte, Córdoba.

Fue un periodista y aventurero extraordinario, organizaba excursiones y viajes intrépidos nunca realizados porque le gustaba participar de la historia misma para documentarla, escribirla, fotografiarla y difundirla. Así cruzo el Estrecho de Magallanes en botes de goma en el 1983. Poco después participamos juntos del Safari “Dos Océanos”, épica aventura de cruzar también en botes desde el Pacifico al Atlántico la Cordillera de los Andes, desde Chatien (Chile) a Rawson (Chubut).Fuimos por el Canal de Beagle al Faro del fin del mundo y la isla de los Estados. Bajamos en lanchas desde Iguazú al Tigre, 1900 kilómetros de un tobogán de agua, por el Paraná durante siete días. Por citar solo algunas.

Trabajo en varias agencias internacionales y cubrió el regreso de Perón a la Argentina. Dirigió las Revistas Bitácora (junto a Diego Maquiera Bonet), Aire y Sol, Auto mundo y El Planeta Urbano. Autor de varios libros, “Collado y los tesoros del Plata” junto a Ricardo Rutsch. (1995)

“Luces Kósmicas en la magia del uritorco” (1996), “Las Luces de ERKS y las ciudades subterráneas” (2021) y “Ángel Cristo Acoglanis, El Portero de ERKS” junto a G. Cairo (2015).

Experto y entusiasta de la vela realizó en 1989 el XXV viaje de instrucción de la Fragata LIBERTAD alrededor del mundo. Creo, sin temor a equivocarme, que a Villamil le encantaría ser recordado  por su vinculación con el fenómeno OVNI. Instalado en Capilla del Monte desde hace años fue amigo íntimo del Dr. Ángel Acoglanis, el principal difusor de las luces del ERKS, fruto de esas experiencias de contacto ha podido registrar diversas fotografías que por su impacto, realidad y calidad han sido presentadas en congresos internacionales y publicadas por los más importantes medios periodísticos del mundo.

Nuestra pasión por las letras, por el turismo de aventura, distintos viajes e infinidad de amigos.

Fueron motivos para que compartiéramos 50 años de sincera y profunda amistad y profundiza  el pesar por su partida, justo en Capilla del Monte “su lugar en mundo” junto a Los Terrones en el Cerro Uritorco. Lo suceden sus hijos Florencia, Robertino y sus nietos.