El confinamiento estricto decretado por el Gobierno Nacional volvió a representar un desafío mayúsculo para toda la ciudadanía: velar por la salud o pelear por subsistir en un contexto adverso que ya tensó la realidad económica familiar al extremo durante 2020. A grandes rasgos aquí radica la dicotomía que empuja a hacer crujir las bases del acuerdo social. Y todo esto, sin repasar el aspecto social y psicológico de la Pandemia.
La cuarentena más extensa del planeta, que dejó secuelas casi irreparables en la Argentina y que no evitó que más de 70 mil argentinos murieran por Covid-2, también pegó de lleno en la deteriorada economía vernácula. Miles de Pymes cerraron, millones de ciudadanos integran las filas de la pobreza y la salud mental de otros tantos ha sido afectada. En este cuadro dramático, la “situación de alarma epidemiológica y sanitaria” dictaminado por el Poder Ejecutivo devolvió el reflejo de lo actuado el año pasado, luego de las promesas de millones de vacunas durante este verano.
Por eso mismo, se da una situación muy particular durante estos días. Conscientes de que el encierro afecta mucho más que el miedo al contagio, una gran porción de la ciudadanía optó por ganar el espacio público y, respetando en muchos casos la distancia social, realizar ejercicios físicos, caminar al aire libre y hasta pasear en bicicleta. Tras la primera semana de Fase 1, la conclusión es que ya no hay margen sanitario ni mental para perder salidas al aire libre.
Si bien algunos municipios tardaron un poco más en interpretar la letra del Decreto 334/2021 y sus fuerzas de seguridad increparon a vecinos en sus paseos por el barrio, lo cierto es que se aprovechó en su extensión la letra de lo dictado por Alberto Fernández. Aquí, lo referido a las salidas de esparcimiento: “…Podrán realizarse salidas de esparcimiento en espacios públicos, al aire libre, de cercanía, en horario autorizado para circular, y dando cumplimiento a las reglas de conducta generales y obligatorias establecidas en el artículo 4° del Decreto N° 287/21…”
Entonces, amparados por el permiso presidencial, millones optaron por tomar esta autorización y hacer un buen uso de la misma para velar por la salud física y mental. El aire libre, tan valorado como nunca antes, vuelve a entregar la bocanada fresca necesaria para seguir adelante y esperar que la vacunación total llegue más temprano que tarde.
Comerciantes preocupados: el aislamiento total impuesto por el gobierno para estos días revivió las alarmas y preocupación de muchos comerciantes que ven notablemente disminuidas sus ventas. El dueño de un importante restaurante de San Isidro relató a Nuevo Norte “a nosotros el vender comida para delivery y take-away nos permite solo pagar los gastos mínimos de nuestro comercios. En un restaurant la venta de la comida es sólo un componente del servicio con escaso margen de ganancia, cobrar el cubierto, el postre y el “líquido” –sean vino o gaseosas- y la propina que es parte importante del salario de mozos, cocineros y bartenders permiten gestionar un ticket más atractivo con mejores márgenes de ganancia. Los intendentes de la región hacen lo imposible para permitirnos trabajar con los controles respectivos, pero la prohibición de circulación nos pega muy de lleno y los auxilios del gobierno son insuficientes.»
Federico Lantaron es el CEO de la conocida y prestigiosa marca de origen belga Le Pain Quotidien, con 14 locales propios y 9 franquicias ocupa a 420 empleados relata “los gastronómicos estamos desesperados y la situación es insostenible, desde hace quince meses estamos trabajando de manera extremadamente deficitaria, durante muchos meses hemos operado a un 20% de lo que tendríamos que haber trabajado y en el mejor de los casos en el verano llegamos a trabajar un 65% en situaciones normales. Las ayudas que fuimos recibiendo como el ATP o Repro fueron solo pequeños paliativos en comparación con lo que necesitamos. Llegamos a esta situación con muchísimas deudas acumuladas las cuales costará mucho levantar sin ayudas. Es importante explicar cómo llegamos hasta acá para poder poner en contexto el daño que nos hacen estas nuevas restricciones, a partir de las cuales sólo estamos habilitados para funcionar con delivery y take away. Significa facturar menos de la mitad de lo que veníamos trabajando Las ayudas fiscales que necesitamos deben ser significativas y a mediano plazo, caso contrario el daño será irreparable.»
Y continúa: «El año pasado nos preparamos para atender a nuestros clientes respetando todos los protocolos, y lo hemos cumplido mientras nos han permitido trabajar con 30% de aforo interior, en veredas y terrazas. Comprendemos la situación extrema de salud que se está viviendo y lo hemos demostrado acatando todos los decretos, pero nos resulta incomprensible que se permita que la gente circular por plazas sin ningún tipo de control y no se nos permita atender a los vecinos de cercanía en veredas y terrazas, que también son espacios públicos y haciendo que se cumplan los protocoles. Es imperioso que el 31 de mayo cuando se cumpla el plazo del DNU podamos atender a nuestros cliente en nuestros locales, las consecuencias de seguir en esta situación será un cierre desmedido de locales gastronómicos con incalculable desocupación de gente que lamentablemente perderán sus puestos de trabajo y que costará mucho re insertarlos nuevamente.»
Gastón Fernitz es dueño de unas cuatro canchas de tenis en Punta Chica: “Los nuevo cierres golpean fuertemente a los clubes deportivos. El tenis es un deporte que cumpliendo con los protocolos aprobados por la AAT, tiene una baja o nula probabilidad de contagio debido a la distancia entre jugadores. Los principales horarios de ocupación son los fines de semana y de lunes a viernes a última hora ya se practica fuera del horario laboral. Además los cierres de los colegios afectan las escuelitas para chicos. Todo sumado a los aumentos de costo de estructura vividos en los últimos años ponen en peligro la subsistencia de los establecimientos deportivos que cumplen un rol fundamental dentro de la sociedad.”
Matu Bindelli socio de Comité del bajo de San Isidro fue contundente: “estamos totalmente cerrados con las nuevas restricciones, no nos sirve el take away ni el delivery, es imposible cubrir costos solo con esta modalidad. Abriremos cuando se active o lo permitan las autoridades señaló con una tristeza infinita.»
Bernardo De diego de El Bosco nos cuenta: “Cuando parecía que empezábamos a sacudirnos del pésimo año pudiendo atender con mesitas en la vereda y un poco más de normalidad se fue todo para atrás de nuevo. Cada vez es más difícil mantener a flote los negocios aun reconociendo que San Isidro es el municipio más permisivo. Acá seguimos dando la batalla con el delivery, pero el espíritu de la gastronomía es la atención en la mesa, se puede zafar un tiempo pero cada vez más difícil. Queremos abrir.”