Marzo es el comienzo oficial del año: arrancan las clases en todos los niveles, desde jardín hasta la universidad y, de algún modo, se lanza el año político.
Claramente este 2022, con una guerra que lleva 30 días de sangre y plomo en Ucrania, y la incertidumbre europea y mundial de hasta dónde llegará la voracidad imperialista de Putín -con todo lo que esto puede significar-, no es el año de la tan deseada pos pandemia que todos habíamos imaginado. Inmersos de cualquier forma en la maroma peculiar de nuestro día a día, los argentinos, a 40 años de otra guerra, la de Malvinas, no sabemos ni podemos salir del encierro: el frágil tejido interno de la coalición de gobierno se terminó de romper con la estampa del acuerdo parlamentario que le dio un marco de legalidad a la refinanciación de la deuda contraída con el FMI luego haber refinanciado otras tantas deudas generadas en los últimos sesenta años.
Ahora el sector que responde a Cristina no sabe bien qué va a pasar, ¿irse rompiendo con el Gobierno? En ese caso dejarían cajas jugosas como Aerolíneas y el PAMI, entre tantas otras. La Cámpora, que ahora es el único sector atrincherado junto a su líder Máximo Kirchner, ¿podría transformarse en un partido minoritario por fuera del PJ? Los gobernadores y el sindicalismo parecen haber resuelto sostener al débil Presidente hasta diciembre del año próximo (aunque el punto de llegada será en agosto de 2023 con las PASO) y los intendentes y legisladores juegan en ese equipo. Sergio Massa desarrolla el rol que mejor sabe manejar: debe ser un equilibrista, un virtual Ministro del Interior, porque es el bastonero entre los gobernadores y Balcarce 50, pero a su vez mantiene línea directa con todos los referentes del PJ, y conduce la Cámara. Debe sostener a AF, pero también darle forma a su candidatura presidencial. Y salir ileso.
Demasiado trabajo en un país que no baja del 50/50: Cincuenta de inflación, cincuenta de pobreza. Con esos números JXC se alista a definir una interna amplia que podría tener a Patricia Bullrich-Mauricio Macri enfrentando el tándem Larreta-Vidal, y con Jorge Macri, Diego Santilli y Gustavo Posse intentando tomar la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en otra PASO que tal vez incluya a Lousteau. ¿Será capaz el oficialismo de llegar a lo mismo? Tiene tiempo, pero tal vez el margen de maniobra se encuentre al límite. La carrera hacia 2023 empezó.
Eduardo Abella Nazar
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