Mientras Kicillof duda entre desdoblar o no, los distintos frentes buscan su candidato ideal
A menos de un mes del cierre de listas para inscribir candidatos a intendentes y concejales -además del gobernador de Buenos Aires, legisladores provinciales y nacionales- y con la presidencial como principal foco de la atención nacional, la Región Norte ingresó en la recta final: las lapiceras y los borradores circulan por todos los despachos y nadie tiene demasiado claro el panorama. La ansiedad va en aumento; aquí intentaremos desmenuzar un panorama que asoma bastante claro en los oficialismos pero intrincado entre los aspirantes a buscar algunos de los sillones de Alcalde de los 6 palacios municipales que estarán en juego.
Tigre es el municipio con la elección más caliente de toda la provincia: Julio Zamora, al igual que todos los jefes comunales, accedió a una nueva y última reelección, en la que buscará ratificar su liderazgo político desde 2015, cuando fue electo por el voto (había sido intendente interino en reemplazo de Sergio Massa cuando éste fue jefe de gabinete en 2008-09 y cuando se transformó en diputado del Frente Renovador en 2013 enfrentando al kirchnerismo). En 2019 sellaron una alianza con Malena Galmarini de la mano de un acuerdo con Massa, pero el sistema de concejales cruzados no benefició a Zamora, que se encontró con una oposición interna (y su ruptura con el Frente Renovador). Malena Galmarini, mujer de Massa, ya avisó que no volverá a bajarse de una candidatura y enfrentará a Zamora. La gran duda, ahora un poco más clara con el acercamiento del alcalde a Wado de Pedro, era si iba a poder estar en la boleta del Frente de Todos en una PASO o si debería ceder y volcarse al vecinalismo, emprendiendo la odisea de jugar con boleta corta. Desde ambos sectores ven la Paso mano a mano a todo o nada como una realidad factible. En Juntos la cuestión parece sellada: Segundo Cernadas, seguro candidato de Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, sólo aguarda por el ex diputado Nicolás Massot, quién podría enfrentarlo en un PASO, pero por la boleta de Bullrich. La opción más clara sería la unificación de candidatos, donde el actor y actual Presidente del Concejo Deliberante corre con ventaja territorial y temporal.
Si bien la foto general indica que en la mayoría de los distritos locales los oficialismos no tendrían inconvenientes en las PASO existe una tensa espera por las definiciones de los altos mandos.
Para Juan Andreotti el panorama parece ser claro, a pesar de las indefiniciones. En San Fernando se imaginan un escenario similar al 2019 donde sucedió a su padre Luis sin mayores sobresaltos. Sin embargo, Agustina Ciarletta (sacó el 30% de los votos en 2019) espera agazapada su oportunidad. Tras el lanzamiento del espacio y la apertura de un importante local partidario, Pamela Avila Bustamante se perfila como la principal figura de Milei allí.
La situación de Escobar está alineada. Ariel Sujarchuk volvió a la gestión diaria luego de su experiencia en la Economía del Conocimiento y se encamina a buscar la continuidad de su proyecto. “Lo ideal es encontrar una síntesis. Si esto no sucede, que la gente elija” indicó sobre la indefinición de si habrá o no listas únicas en las primarias. Tampoco hay certezas sobre si la Provincia desdoblará o no las generales. El furor que causó el concejal Eduardo Gianfrancesco al pasarse de JXC a las filas de Milei todavía hace ruido no sólo en la oposición local. En ese sentido, Roberto Costa (UCR) pidió serenidad puertas adentro y unidad para llegar de la mejor manera a los comicios.
En tanto, las cosas en Pilar marchaban de maravillas hasta que un polémico proyecto de expropiación de tierras puso en alerta máxima a miles de vecinos. Eso, sumado a la feroz inseguridad hacen dudar del futuro de la actual gestión: Son dos temas centrales para los vecinos. “Pilar se conurbanizó” acusó fuertemente la precandidata de JXC Adriana Cáceres. En tanto, el concejal Juan Martín Tito (Libertad Avanza) se precandidateó para la intendencia aprovechando la Ola Milei. La gestión de Achával tiene arraigo pero no serán un trámite las elecciones en su distrito.
San Isidro tendrá a Gustavo Posse buscando su último mandato al frente del despacho de la calle 9 de Julio; Alcalde desde 1999, cuando sucedió a su padre Melchor, intentará gobernar por séptimo período consecutivo. La duda es si finalmente, como anticipó de la mano de Patricia Bullrich, el hombre del Pro en esas tierras, Ramón Lanús, lo enfrenta en la PASO del 13 de agosto. Con la duda existencial de si Kicillof desdobla o no de la presidencial el 23 de octubre -las PASO ya están fijadas-, aquí podría tener una incidencia crucial el candidato que presente Javier Milei, por los votos que se le estaría “aspirando” al sector la ex Ministra de Seguridad, algo que favorecerá al oficialismo en caso de concretarse. Convocación por San Isidro, el único partido vecinal vigente, tendrá a la concejal Catalina Riganti como candidato a Intendente. Una apuesta joven que deberá trabajar duro para sostener el caudal que supo tener la agrupación en otras elecciones. Los libertarios estarán representados por el partido Demócrata, que aún no definió nombres. El destino de los candidatos de Milei en todos los municipios dependerá de la decisión final del gobernador; es que allí tracciona el libertario, y sin él en el cuerpo de papel, los candidatos a intendente quedarían a la deriva. El Frente de Todos tiene la figura de Federico Meca, que responde a su jefe político Sebastián Galmarini, como uno de los candidatos a estar en la lista final.
En Vicente López Juntos tiene a Soledad Martínez, la actual sucesora de Jorge Macri y candidata única del espacio para buscar su primer mandato completo y por el voto. Allí no hay dudas y todo está definido. Joaquín Noya y Lucas Boyanovsky podrían definir las ambiciones del peronismo allí, siempre complicado a la hora de pelear un distrito antes radical y hoy amarillo. Los Libertarios llevarán a Matías Cerdá para buscar hacer una gran elección con la marea Milei. Y se repite el comentario: Juntos podría hacer una elección muy buena o buena. Más que nunca los libertarios dependen del gatillo de Kicillof para disparar el decreto que separe la elección presidencial.
