Política

Galmarini: “El Gobierno es un cambalache de improvisados que gestiona mal, destruye todo y está haciéndole daño al país”

El candidato a diputado nacional Sebastián Galmarini cuestionó duramente a la administración de Javier Milei por su administración, su violencia discursiva y las prioridades en el manejo de los recursos públicos. Llamó a poner límite al desgobierno y a defender el bienestar de la gente.

El candidato a diputado nacional Sebastián Galmarini se refirió al escenario político actual y expresó su profunda preocupación por el rumbo del país: “Este Gobierno se comporta como un neuropsiquiátrico. El nivel de desorden y desvarío es tal que cualquier miembro del Ejecutivo dice o hace lo que quiere, sin coherencia, sin límites y muchas veces con discursos, peleas y agresiones que incitan al odio y la violencia”.

En esa línea, señaló: “No hay gestión. Lo que hay es un cambalache de funcionarios improvisados, con un alto nivel de desconocimiento sobre el Estado, y que encima están llevando adelante una administración desastrosa basada en entregar nuestros recursos y suelo al mejor postor”.

Galmarini también criticó las prioridades del oficialismo en el manejo de los fondos públicos: “No hay plata para docentes, jubilados, universidades o personas con discapacidad, pero sí la hay para seguir peleando en la Justicia por reimprimir las boletas que costarían gastar millones a los argentinos”.

Es necesario el orden fiscal, las auditorías, terminar con lo trucho, pero no pueden ser excusas para arrasar con todo. No podemos permitir que la motosierra se lleve puesto todo lo que garantiza derechos y bienestar para la sociedad. El ajuste sin sensibilidad no es eficiencia, es crueldad”, expresó el candidato a ocupar una banca en Diputados a partir de diciembre.

Finalmente, Galmarini llamó a fortalecer el rol de la oposición en el Congreso: “No importa el resultado electoral de octubre, el oficialismo va a seguir siendo minoría en ambas Cámaras. Por eso nuestra responsabilidad es poner un freno a esta locura de gobernar por decreto, por veto o, incluso, por venganza. La Argentina necesita volver a tener institucionalidad y sentido común”.

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