Qué la vida tomó un impulso frenético y delirante ya nadie discute. Qué el día a día es agobiante por múltiples causas y que todo es fugaz y debe ser instantáneo tampoco tiene objeciones. Vivimos a un ritmo tan acelerado que hasta podría decirse que, cómo aseveró Charly García en su excelso disco La hija de la Lágrima, “la sal no sala y el azúcar no endulza”.
En una nueva recorrida federal para Canal 26 me toca ver de cerca otras realidades alejadas del AMBA. En este caso, el espeso y paradisíaco litoral y su gente fueron el objetivo para evidenciar ante el gran público. Cómo es la vida más allá de la frontera mediática que nos ata diariamente.
Corrientes y Misiones, dos provincias emblemáticas de la Argentina, nos abrieron paso en sus rutas, regalaron paisajes cinematográficos y la amabilidad de su gente. Un saludo sentido en la entrada de Curuzú Cuatiá me permitió abrazar a la tierra donde naciera Eduardo, mi viejo (ya en el cielo de los grandes artistas plásticos del planeta). Una caminata por la costanera de Posadas y sentir la inmensidad de las Cataratas del Iguazú fueron un bálsamo redentor que confirmó que la vida es mucho más que el último parte de prensa o reunión de urgencia en tal o cual dependencia.
Entonces, qué la urgencia no tape la necesidad y tampoco qué nada nos haga olvidar qué la vida sigue, a pesar de las circunstancias. Y sobre todo, qué Argentina nos espera en cada rincón para contarnos sus pequeñas y grandes historias a cada paso de nuestro viaje.
Román Iglesias Brickles
