“Son los tiempos de la política” dicen en algunos lugares del conurbano. Pero lo cierto es que los tiempos de hoy son turbulentos para ciertos sectores. Para el común de los mortales falta una eternidad para 2025 pero para el mundo político las elecciones de medio término ya se están jugando. Para el peronismo el golpe de 2023 todavía no pudo ser asimilado porque la Justicia sigue encontrando motivos para demostrar que la presidencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner fue devastadora para el país. Sin embargo, existen movimientos dentro de la provincia de Buenos Aires que indican que el momento de rearmar filas es ahora.
Justamente, utilizada como guarida (según el diccionario: amparo para librarse de daños o peligros) la tierra comandada por Axel Kicillof le dio cobijo a una gran cantidad de figuras del gobierno pasado. Esta gran porción de dirigentes tiene la misión de asegurar el futuro del partido pero, cómo siempre pasa en los desbandes, existe diversidad de criterios. Unos opinan que los tiempos de la Señora y sus acólitos ha terminado y otros que las aventuras de Axel eran sólo de rienda corta y aires bonaerenses. Mientras se devoran entre ellos, las Fuerzas del Cielo tienen la cancha libre para manejar la agenda sin pedir permiso y hacer su juego. El país, con más del 52% de su gente bajo la línea de la pobreza, asiste impávido a un concierto que quiere afinar cuerdas aunque se corten las más delgadas cómo son los jubilados y los trabajadores. La inflación baja y levanta un suspiro de ilusión pero “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos” como decía Pablo Milanés. Habrá que ver, si una vez en la vida, el tiro sale para el lado de la Justicia.
Después de haber logrado una “pueblada”, cómo bautizó un experimentado dirigente zonal aquella hazaña de Julio Zamora de retener la intendencia de Tigre contra todo pronóstico, el ex maquinista se vistió de anfitrión para una serie de encuentros llamados Ciudades Futuras en el MAT para abordar temáticas relacionadas. Estos encuentros con invitados de la política y el empresariado van cobrando relevancia en un momento donde se habla poco y se discute mucho. Para Zamora, que recibe de local y hace participar a muchas personalidades relevantes, es un momento de planificación y trazado de coordenadas. Su gestión cuenta con una gran aprobación local, sigue construyendo un hospital de alta complejidad con fondos propios y se permite (bien ganado lo tiene) puntear un posible armado de cara al año que viene. En los tiempos de la política el 2025 es ya pero en los tiempos de la calle hoy es hoy.
Con muchas cosas por verse la política se debate entre lo actuado y lo que vendrá. Sin mucho margen para experimentos, la ciudadanía pide soluciones para vivir algo mejor. Nadie, en su sano juicio, reclama estándares europeos. Pero, al menos, que dejen de ser africanos.
Román Iglesias Brickles