Opinión

La crucial batalla del 7/9

Por Eduardo Abella Nazar

La reciente híper anunciada candidatura de CFK como diputada provincial por la tercera sección electoral de la Provincia de Buenos Aires, algo así como el último bastión del peronismo filo kirchnerista clásico (que abarca La Matanza y todos los municipios de la zona sur) pondrá a una mera elección local, que nunca tuvo vuelo propio desde 1983 a la fecha, en el tablero nacional.

Incluso ésta elección provincial y municipal (una mini sábana de 2 boletas), que siempre pasó desapercibida por ir pegada a la nacional -que se desarrollará en octubre, con elección de 35 diputados nacionales por PBA en boleta única de papel- en una batalla crucial para el futuro del gobierno nacional, de los mercados y de la economía en general.

Un triunfo de LLA y sus aliados (léase el PRO más duro y diestro) dejaría a Javier Milei anabolizado en niveles estratoféricos de cara al inminente octubre nacional, donde buscará copar las dos Cámaras del Congreso Nacional. Esa épica tiene ahora la elección local.

Cristina jugará en el patio de la casa kirchnerista durante las últimas dos décadas, y se intuye que será “the last dance”. Por estadística y por el respaldo del oxidado pero aún vigente aparato justicialista, fundamentalmente en las humildes barriadas matanceras y en distritos como Varela, Berazategui y Quilmes, por citar algunos, debería ganar la sección.

Pero la provincia puede ser violeta.  Julio Zamora anuncia en esta edición su intención de buscar el voto que no se siente representado ni por los libertarios ni por el vetusto kirchnerismo: quiere aunar esfuerzos con radicales de boina blanca, aquellos chacareros de centenares de pueblos y ciudades bonaerenses que nunca dejaron el comité ni sus convicciones; allí aparece Manes, que juega para absorber los votos sueltos, que no son pocos: se estima un 30% del padrón de PBA lejos de los polos, o sea en el centro.

La ancha avenida del medio que supo tener Massa, ahora la quiere su viejo amigo-enemigo Zamora. Cosas de la política.

Los intendentes miran de costado, porque saben que los vecinos van a votar en función de la gestión local, cercana, tangible. El resto es biri biri, diría Don Pipo Gorosito.

Eduardo Abella Nazar
Eduardo Abella Nazar

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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