Opinión

La nueva canción sonó desafinada

Por Román Iglesias Brickles

Lamentablemente para la gran mayoría de la ciudadanía, las elecciones de medio término no revisten mayor interés. La abulia generalizada con respecto a los comicios de este año ya se vio reflejada en la escasísima concurrencia en las elecciones de CABA (sólo votó el 53% del padrón electoral) pero también en las del resto del país que se realizaron hasta aquí. En las 6 contiendas libradas en Chaco, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires se vivió el mismo fenómeno: la baja participación de la gente.

El desencanto con la política, las elecciones de medio término que no definen el futuro inmediato y una apatía generalizada producto de años de desencantos se tradujeron en un presente inédito: desde 1983, la participación en las urnas registra una caída en torno al 5 y 10 %. De esta manera, se plantea un escenario poco seguro para todo el arco político. Si el pueblo no responde y no vota, la pregunta es ¿Quién gana? Los oficialismos tendrán un respaldo, al menos en la Zona Norte porque las gestiones siguen adelante sin mayores contratiempos. Hay casos y casos, claro.

Lo que desvela a nivel nacional es el destino final de la provincia de Buenos Aires que tiene un gobernador al que le hacen dos campañas paralelas. El tribunal compuesto por Cristina (Máximo como apoderado en lugar de la condenada), Sergio Massa y Kicillof. Entre la Cámpora y el Frente Renovador la lucha se da por enderezar un rumbo que no anticipa nada bueno. Todos se empecinan en ver fantasmas, desplegar banderas húmedas de pasado rancio y desoír la calle. De componer una nueva canción a convertirse en Salieris de Charly, pisotear cualquier posibilidad de cambio y hacer de la resistencia (no resiliencia) una declaración jurada.

Tanto es así que hasta la gente del barrio se dio cuenta. Y por eso en muchos distritos tuvieron que mandar a su gente a caminar y tratar de convencer (sin mucho éxito hasta ahora) que vayan a votar (los). Tantos años de desidia en el poder, de castigar a los que menos tienen con el peso de la inflación y miles de toneladas de promesas incumplidas permearon hasta la base de la pirámide social. El primer gran rebencazo fue en las elecciones de 2023 cuando se puso el foco en Milei y ahora se viene el segundo cachetazo de realidad para todos los que viven en sus burbujas.

Spoiler alert: la gente está harta y cuándo se pinche la burbuja muchos van a tener que mirar la calle desde un balcón o, al menos, no desde la vereda. La marea violeta avanza y gracias a los constantes tiros en el pie ajenos -además de sus aciertos, claro- sigue creciendo. La realidad es que si sólo, cómo un cazador en el medio de la sabana africana, se agazapa y espera a su presa, le bastará para arrasar en los comicios. La política es el arte de lo posible por lo que nadie está exento de…meter la pata. Del otro lado es tan burdo y malo que con que la economía siga con expectativa, la inflación bajando y la gente imagine que todavía el cambio es posible podría gestarse una elección épica. Una paliza histórica podría azotar al Justicialismo a nivel provincial. Mucho mérito se hizo para alcanzar esta posibilidad. De la gente depende que eso suceda.

Román Iglesias Brickles
Román Iglesias Brickles

Román Iglesias Brickles

rib@mediakit.com.ar 

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