Opinión

La rebelión de los alcaldes

Por Eduardo Abella Nazar

Se termina un mes que nos sacudió con unos números espantosos en cuanto a la realidad social y económica del país: el 52% de los argentinos es pobre. Es decir: sus ingresos no alcanzan a cubrir las necesidades básicas, esto independientemente de su situación estructural, es decir su casa, si tiene o no cloacas, agua potable, energía de calidad, asfalto, etc.

Se presume que la pobreza estructural del país es igual o peor que los datos de ingresos que difunde el Indec. Es el proceso destructivo de un populismo nefasto. Argentina era un país con pleno empleo y con una pobreza de apenas el 5% a finales de la década de 1960.

Con Perón, con Frondizi, con Ilia y con las distintas dictaduras previas al desastre de mediados de los 70, el país era un ejemplo de educación y salud publica. Esa etapa dorada no tiene un dueño ideológico.

Argentina fue el paraíso de la clase media en Latinoamérica. Claramente todos los índices comenzaron a empeorar en 1974, hubo un paréntesis de estabilidad en los 90, pero tampoco se ajustaron las clavijas para que el país sostenga aquel despegue que terminó mal.

Las últimas dos décadas son historia conocida: despilfarro estatal, oportunidades perdidas con los commodities por las nubes y el mismo final. Un país repleto de riqueza pero lleno de pobres.

En el ámbito de los municipios los intendentes cumplen el doble rol de dar servicios básicos como alumbrado, barrido y limpieza -con matices de calidad- y a la vez prestar logística a la seguridad provincial con patrulleros y cámaras, por ejemplo.

En algunos lugares no alcanzan a comprar alcohol en gel para los hospitales, y en otros construyen hospitales y calles. Esa diversidad debe ser defendida a la hora de discutir los gastos y el presupuesto. Están ante la oportunidad histórica de hacer notar que no todo es igual a la hora de la discusión con el Gobierno Nacional. Aquellos que son valorados por su comunidad y muestran músculo de trabajo saldrán en breve a dar esa batalla. Otros seguirán buscando fotos demagógicas con funcionarios de alto rango para arrogarse triunfos que no le pertenecen. Así es la política.

Eduardo Abella Nazar
Eduardo Abella Nazar

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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