Opinión

Sin cuartel

Por Eduardo Abella Nazar

Las listas presentadas el sábado pasado con el cierre exacto de los plazos ante la Junta Nacional Electoral dejaron el escenario listo para la batalla campal: el lugar más emblemático -no el único- es Tigre: Julio Zamora está decidido a dar la pelea y para eso programó una renovación del gabinete municipal de cara a las PASO. Enfrente está Malena Galmarini, que se juramentó tomar el municipio y para ello cuenta con el respaldo de su marido y candidato a presidente, Sergio Massa. No es poco. Juntos por el Cambio mira de reojo y se apresta a sacar ventaja de ese choque de dimensiones aún indeterminadas.

El resto de los municipios transita por un reordenamiento con situaciones distintas: en San Isidro su intendente, Gustavo Posse, decidió dejar el sillón de la calle Belgrano -intenta que siga Macarena, su hija- y saltó a la gran pelea por la provincia.

Más estable están en Vicente López, San Fernando, Pilar y Escobar, pero todo está por verse. Kicillof, el gobernador, sabe que su mejor negocio es seguir como siempre, es decir, en silencio. Hablar poco, mostrar poco… así y todo, sabe que se ata a la potencia que Massa le imprima a su raid presidencialista. Son ahora Massa dependientes.

Larreta y Bullrich juegan una pelea colosal a ciegas, porque nadie aventura el final. Milei, aún siendo una incógnita, puede alterar el mapa nacional, y también local. Las traiciones vienen a la carta. Muchos se venden al mejor postor. A nadie le importa demasiado cómo van a sacar las gestiones, o mejor dicho, la gestión de un país deteriorado. Una lucha sin cuartel por el poder, las cajas, la ambición sin límite y la desmesura. Una pintura bien argentina.

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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