Opinión

Votar con la cabeza fría y el corazón caliente

Por Eduardo Abella Nazar

Se termina un julio frío por naturaleza y caliente de cara a las PASO, donde cabe la explicación: son internas abiertas, donde cada elector decide el candidato que prefiere para las generales de octubre.

En algunos espacios no habrá internas a nivel nacional, pero si en el ámbito municipal; esto hace que para San Isidro y para Tigre, las primarias sean una semifinal de la Copa del Mundo: allí Macarena Posse intentará tomar la posta de su padre Gustavo -buscará la gobernación acompañando la fórmula de Santilli y Larreta-, en tanto en Tigre, Julio Zamora definirá un mano a mano explosivo y muy esperado ante Malena Galmarini. Esas serán la internas más interesantes de la región.

La importancia de lo que suceda a nivel local, tal vez sí, tal vez no, reflejen la decisión nacional y provincial. El peronismo representado por Unión por la Patria no tiene internas a gobernador, por eso es escasa la participación de Kicillof, tan ausente en la campaña como en la gestión. Juan Grabois desafía desde el llano a Massa, ministro de guerra y candidato. Bullrich y Larreta van por el premio mayor, Milei es aún una incógnita escondida en sospechadas encuestas; lo que pase en los dos municipios casi centrales de la disputa será la tapa de agosto en este clásico suplemento de La Nación. ¿Hasta dónde el vecino valorará lo hecho o hará valer lo que falta, el mano a mano, la relación con los candidatos y la historia? Esa es la cuestión. Amigo lector, con una oferta tan difusa, vaya un humilde consejo: es hora de votar con la cabeza fría y el corazón bien caliente. El voto es sagrado. Y es suyo.

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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