Opinión

El auto flagelo no cesa

Por Eduardo Abella Nazar

El maremoto de sucesos que sacude a la Argentina no da respiro: la situación de la vicepresidente, con un proceso judicial que todavía tiene muchos capítulos por delante, la economía que todas las semanas trae una novedad, la batalla de Massa por «ordenar y estabilizar«, con un viaje a Estados Unidos, Europa y Qatar por delante que seguramente va a tener implicancias para el país y en el medio de todo, una sociedad crispada. Enojada. ¿Enferma? 

La irritabilidad de la gente lejos está de apagarse tras una pandemia que, además del dolor por las muertes, trajo dificultades de todo tipo, pero, aún con la salvación que claramente imprimió la vacunación global en tiempo récord, no alejó a la sociedad en su conjunto del lamento, la desilusión y el abatimiento. La inflación afecta, molesta, duele.

La pobreza, el peor de los males, ni hablar. Pero es llamativo el malestar de sectores medios-altos que de cualquier forma parecen querer convencer a quien pregunte «que todo está mal«. Quizás tengan razón. No creo los argentinos debamos auto convencernos de eso, sí que realmente se puede pensar en cómo vamos a hacer las cosas un poco mejor cada día, desde el metro cuadrado que tenemos hasta ayudando al otro en algo, por más pequeño que sea. La Argentina debe madurar, crecer y mejorar. La auto flagelación constante no parece el antídoto para ser un poco mejores cada día. Recuperar la autoestima también es un deber personal de cada uno, y eso puede repercutir en el bienestar general.

Eduardo Abella Nazar

ean@mediakit.com.ar

 

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